miércoles, 8 de noviembre de 2017

Extracto de la antología Canto Bight

El próximo 5 de diciembre, se lanza a la venta en Estados Unidos la antología Canto Bight, llamada así por la ciudad casino que veremos en Star Wars: Los Últimos Jedi, la cual es una coleción de cuatro noveletas interconectadas acerca de exóticos alienígenas y criaturas que frecuentan la ciudad. Tenemos un extracto exclusivo de la historia "The Ride" escrita por John Jackson Miller, en la que Kaljach Somni, jugando hasta su último crédito después de años de buscar éxito, tiene un encuentro exitoso con un trío de hermanos. Parecen estar dotados de una racha de suerte sin fin y podrían ser su mejor (y último) intento para volverse rico, si es que puede sobrevivir una alocada noche.



Vestry entrelazó sus dos pares de manos. "Maestro Somni, trabaja para el casino. Trabajamos para el  casino. ¿Dígame exactamente quién se beneficia de que usted permanezca aquí sentado otras diez horas?" Apuntó ella. "Váyase a casa."

"No tengo una..."

"Entonces vaya a comer algo. Pero váyase."


La boca de Kal se secó cuando miró que las manos de Minn se movían hacia las cartas, listas para guardar los mazos. Por favor, no... 

"¡Oh, están jugando zinbiddle!"

Kal se dio la vuelta para mirar a un pequeño reptiliano en una chaqueta negra formal, decorda con un una deslumbrante flor stellabora en su solapa. La criatura de piel verde mostró una sonrisa tan amplia que casi separaba su cabeza en dos al tiempo que soltaba una bandeja llena a rebosar de monedas a la derecha de Kal. "Quiero jugar," dijo, trepándose a la silla al lado de Kal.

Kal miró desconcertado al exuberante recién llegado, antes de voltear a la croupier, quien suspendió su limpieza. Miró a Vestry y le dijo, "Parece que estoy de suerte."

La supervisora de la mesa miró silenciosamente a los jugadores. Kal hubiera jurado que musitó las palabras, Eso es lo que tú crees.

"Estuve en la carrera de yates," dijo el recién llegado. "¿Estuvieron ustedes en la regata?"

"No"

"Debieron haber estado en la carrera de yates." Le ofreció una regordeta mano verde. "Dodibin. Dodi en corto, pero no me digas así."

"¿Que no te diga Dodi?"

"No me digas corto." Lo miró con seriedad por un momento, y se soltó a reir. "Y tu eres Kaljach".

Mera suerte, iba a decir, antes de recordar que llevaba puesto un gafete. "Kal está bien." Miró como el Suerton, la especie a la que pertenecía Dodi, descargaba sus fichas de la bandeja. Entonces Dodi puso un gran montón en el marcador de ganancias instantáneas, una apuesta que el casino debía cubrir de su parte.

"Eso es arriesgado," dijo Kal.

"Excelente," dijo alegremente Dodi, balancéandose en su silla mientras Minn comenzaba a repartir.

No tocaría la casi inexistente apuesta de Kal; la apuesta era contra la casa, no contra él. Aunque le hubiera gustado entrar, puesto que no hay mejor diversión que quitarle el dinero a alguien demasiado estúpido como para...

"¡Zinbiddle!"

Kal abrió la boca sorprendido, "¿sacaste eso?"

Dodi volteó sus cartas, todas con el palo y secuencia apropiados, "Que palmadita, eh."

Kal ni siquiera había visto sus cartas aún. Lo hizo rápidamente y tomó nota de lo que había mostrado Dodi antes de que Minn recogiera todas las cartas. Ese era el riesgo de estar en la "estación final", el asiento a la derecha del croupier; Kal podía ver más cartas de esa manera, pero en ocasiones un ganador instantáneo terminaría con la mano. Afortunadamente, las posibilidades de que se repitiera eran muy...

"Zinbindle," gorjeó Dodi.

"¡Apenas está dando las cartas!" dijo Kal. Una revelación temprana era una jugada tonta, la cual se descalificaría si no tenía la mano que había declarado. A menos que el tonto, ¿la tuviera en verdad?

"¡Bueno, quién lo diría!" dijo Dodi, volteando sus cuatro cartas tan pronto como las recibió. "Tuve un presentimiento." Dejó sus ganancias anteriores en el marcador de ganancias instantáneas; había ganado otra vez. Minn siguió trabajando, intercambiando las monedas de Dodi por unas de mayor denominación.

Vestry había regresado, según miró Kal, manteniendo una discreta distancia detrás de la croupier Minn. Ella lo sabía todo, o al menos eso decía. ¿Qué sabía sobre este tipo?

La buena noticia era que Kal había evitado dos apuestas iniciales, y al menos, los mazos estarían ahora más a su favor. Si una mano duraba lo suficiente para que él comenzar a jugar en forma, podría empezar a armar su pirámide para alcanzar la progresiva. Pero se comenzaba a preguntar contra quién estaba jugando...

Y siguió preguntándoselo cuando escuchó una voz parecida a la de Dodi, solo que más aguda. "¡Aquí estás!"

Kal se volteó para mirar a otro Suerton, que se parecía mucho a Dodi, con la excepción de unos cuantos centímetros más en su estatura, unas orejas más pronunciadas y un collar de rizos de plata. "¡Thodi!" dijo Dodi, saltando de su silla. "Kal, te presento a mi hermano Thodi."

"Yo soy el inteligente," dijo Thodi y sonrió. "A su servicio." Le echó una mirada al montón que tenía Dodi en la mesa. "¿Qué estamos haciendo?"

"Ganando," dijo Kal.

"Bueno, eso ya lo sabía." Thodi empujó a Dodi. "Haz lugar para el maestro, mi querido amigo."

Dodi se resitió. "Lo estoy haciendo bien por mi cuenta."

"Lo dudo."

Minn estaba perpleja. "¿Quien va a jugar, gentiles seres?"

"Yo eclosioné primero," dijo Thodi. "Diez segundos antes que tu, eso dijo Mamá."

Dodi sonrió hacia Kal. "Siempre me mata con eso." El hermano ligeramente menor se hizo a un lado y Thodi trepó a la silla. Miró las ganancias de Dodi. "Oh, vaya, estas haciendo esas tontas apuestas de nuevo." Juntó las monedas de la mesa y empezó a ordenarlas por denominación. "Lo que necesitas es sumar el valor de tus cartas y apostar eso. Si el número es par, apuesta el doble. Si es non, apuesta tu edad."

Vaya, penso Kal. Eso está totalmente mal.

"Thodi," dijo Dodi. "eso está totalmente mal."

"Tu solo eres un apostador," dijo el Suerton de mayor edad. "Yo. Yo soy un jugador. Mira."

Thodi jugó la mano a su modo, y al final, estuvo totalmente mal. Kal ganó algunas monedas, pero no muchas. No debe ser tan viejo, pensó Kal. Pero podría vivir con ello. La fortuna de los tipos verdes pareció menguar mientras seguían discutiendo, y eso significaba que las manos duraban más, dando a Kal más información sobre los mazos con cada carta jugada. La oportunidad de obtener un Bombardeo de Iones estaba cada vez más cerca.

¡Eso es todo! Kal luchaba por mantenerse en calma. Olvida a los hermanos. Se trataba de él contra el destino, después de meses y meses. Apostaría todo en esta mano, solicitando cartas adicionales como fuera necesario para construir su pirámide. Y entonces todos sus problemas se...

"¡Hola, hola!" gritó alguien en el pasillo.

"¡Wodi!" gritaron los hermanos al mismo tiempo. "¡Estamos acá!"

"¿Ahora qué?" dijo Kal. Miró con angustia a Vestry, cuyo temple de acero no se había resquebrajado. Sus ojos estaban en el pasillo, donde se aproximaba otro Suerton con paso bamboleante, quien regresó sobre sus pasos, en persecución de un droide que llevaba bebidas refrescantes.

Dodi picó las costillas de Kal. "Wodi es mi hermano menor. Te gustará, Kal. Papá decía que era el tipo de persona que viajaría hasta Alderaan con solo saber que habría una fiesta."

"¿Acaso no explotó Alderaan?"

"Bueno, no fue culpa de Wodi." Dodi frunció los labios cuando Wodi, habiendo adquirido toda una bandeja de bebidas, dio un sonoro grito. "Al menos, no creo que haya sido él. ¿Cuándo fue eso?"



Escrito por John Jackson Miller
Traducido por Mario A. Escamilla
Original de Stakes Are High in Canto Bight – Exclusive Excerpt




No hay comentarios.:

Publicar un comentario